Haciendo diente para el Picnic de Primavera de Garage Gourmet

Un picnic es, en esencia, una comida compartida al aire libre, en parques, jardines, playas o cualquier espacio abierto donde la naturaleza se convierte en marco de encuentro. No se trata solo de llevar alimentos preparados, sino de disfrutar de manera informal y colectiva, sobre un mantel en el pasto o una mesa improvisada. La sencillez de la propuesta —comer fuera de casa con lo necesario a mano— es lo que lo vuelve tan universal.

El término proviene del francés pique-nique, acuñado en el siglo XVII para describir comidas en las que cada invitado contribuía con algo. Adoptado por la aristocracia ilustrada y luego por la burguesía europea, el picnic se vinculó a la caza, a los paseos campestres y, más tarde, a la expansión de los parques públicos en el siglo XIX. Con la llegada de los transportes modernos, la costumbre se popularizó y se transformó en una actividad accesible para familias urbanas, símbolo de esparcimiento, descanso y contacto con la naturaleza. Hoy, el picnic es un ritual colectivo que combina gastronomía, ocio y convivencia social: puede ser íntimo, con unas empanadas y una botella de vino bajo un árbol, o masivo y organizado, como el clásico picnic de primavera de Garage Gourmet, que retoma el espíritu de compartir en comunidad.

No hay restricciones gastronómicas, aunque se prefieren preparaciones fáciles de comer, sin demasiada “artillería” y que puedan disfrutarse con las manos. Proponemos tres opciones deliciosas, sencillas y muy versátiles para todos los gustos: brochetas, sándwiches y empanadas.

Brochetas

Pinchar alimentos en un palo y asarlos al fuego es la primera forma de cocción que descubrió el hombre. Desde tiempos prehistóricos, ensartar carne sobre brasas era la manera de cocinar antes de que existieran ollas o planchas. Esta técnica perdura en la comida callejera por su practicidad, economía, variedad y capacidad de hacer seguro el alimento. En todo el mundo existen innumerables versiones: el kebab en Medio Oriente y África del Norte, el souvlaki en Grecia, la suya en Nigeria, la brocheta y el espetinho en Sudamérica, o el chuanr en China, que incluye desde carnes y mariscos hasta insectos. Se venden en puestos callejeros, carritos y stands, desde fuegos precarios hasta sofisticados asadores eléctricos.

Las brochetas son perfectas para un picnic: fáciles de transportar, cocinar y compartir, con infinitas combinaciones de carnes y vegetales. Su secreto está en el marinado, que aporta sabor, aroma y jugosidad, evitando que la carne se seque. Pueden prepararse con mezclas líquidas —aceite, cítricos, yogur, vinagre, fermentados— y secas —sal, azúcar, especias, hierbas, ajíes—.. Al servirse, se acompañan con salsas que potencian la experiencia y permiten personalizar cada bocado: frescas como tzatziki o yogur con ajo; intensas como harissa, chimichurri o satay de maní; y equilibradas como miel con mostaza o tomate especiado. Parte de la magia del picnic está en esa diversidad, donde cada brocheta cambia según la salsa elegida, convirtiendo la comida en un juego colectivo y sabroso.

Sándwiches

Los sándwiches —también llamados refuerzos, tortas, bocatas o emparedados— son un pilar de la comida callejera en todo el mundo. Este formato de capas dentro de un pan abarca desde los submarinos hasta los club sándwiches con pan de molde, pasando por la icónica hamburguesa, el po’ boy estadounidense, el bánh mì vietnamita, el katsu sando japonés, el choripán rioplatense, el chivito uruguayo, el pan con chicharrón peruano o la torta ahogada mexicana, entre muchos otros.

El sándwich es un juego de contrastes y capas: el pan enmarca, pero los rellenos aportan identidad. Carnes tiernas o crujientes, vegetales frescos o escabechados, quesos fundidos y salsas untuosas o picantes crean combinaciones únicas. El pan, bien fermentado y fresco, debe resistir hasta el último bocado, integrándose a la experiencia sin opacar los ingredientes. En sándwiches icónicos como la cheeseburger o el katsu sando, la elección del pan puede marcar la diferencia entre un bocado memorable y uno olvidable.

Empanadas

Las empanadas forman parte de una gran familia global de masas rellenas que atraviesan culturas y geografías. Finas, simples u hojaldradas, horneadas, fritas o al vapor, protegen rellenos que reflejan la identidad culinaria de cada región. Su elaboración combina sencillez y técnica: plegar, repulgar o cerrar cada pieza requiere práctica, dando como resultado una comida portátil, repetible y única. Son perfectas para comer con la mano, al paso, en celebraciones colectivas o en encuentros íntimos, y se han convertido en un emblema de la cocina popular.

En Argentina y Uruguay, las empanadas son un verdadero símbolo culinario. Con masa suave y versátil que puede hornearse o freírse, se rellenan con carne, pollo, queso, vegetales y un sinfín de combinaciones que reflejan tradición y creatividad regional. Las salteñas, tucumanas y cordobesas, por ejemplo, muestran variaciones de ingredientes, especias y técnicas, mientras que en Uruguay conviven recetas clásicas e innovadoras. Su vigencia en fiestas patrias, reuniones familiares o como comida rápida demuestra que las empanadas trascienden lo gastronómico, condensando en una pequeña masa los sabores y tradiciones de cada pueblo.

¿Dónde probarlos?
Baipa, en Atlántida, ofrece los mejores sánguches de miga, con combinaciones deliciosas que mezclan la vieja escuela con un toque especial. El Emporio de los Sándwiches, con todas sus sucursales, es la opción clásica más reconocida, perfecta para cumpleaños y brindis. La nueva casa Sánguche, en la calle Tristán Narvaja, propone refuerzos de autor, con mortadella, pollo, pesto y cualquier idea que se te ocurra. Imposible no recordar a Futuro Refuerzos, pionero en traer el banh mi y el bao a la ciudad y a nuestras ferias, con sándwiches innovadores que dejaron huella. En cuanto a empanadas, las de La Campeona son infalibles: tucumanas, árabes y sabores más criollos. Madre Mía tampoco decepciona, con mucho relleno y variedad, ideales para probar una de cada tipo.

Conoce todo sobre la próxima edición del Picnic de Primavera 2025