Para hacer un pícnic no se necesitan más que ganas.
La definición lo describe como una excursión que se hace para comer o merendar sentados en el campo, un parque o sobre el jardín.
Irse de pícnic es hacer un paréntesis en la vida urbana gris y rápida, detener el tiempo e inyectarle una buena dosis de naturaleza, vida simple y disfrute sin derroche.
Muchos artistas han ayudado a construir nuestro imaginario sobre el día de campo, una actividad que se remonta a los albores de la humanidad, cuando algún grupo de primeros humanos decidió salir a comer sobre el pasto en vez de hacerlo dentro de la caverna.
Manet -un entusiasta piquinquero- pintó ‘Almuerzo sobre la hierba’ (1863) en el que incluyó una musa desnuda entre los caballeros bien vestidos y se aseguró la controversia de la época. Hablaría sobre la inspiración artística y el mundo onírico y sensual que encontramos en la naturaleza.
Seurat -otro picniquero empedernido- pintó ‘Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte’ (1884), dónde no sólo retrató modos y vestimenta de la sociedad de la época, sino que también plasmó el espíritu bucólico del pícnic, la contemplación y el estado de paz propio de esta actividad.
El cine también hizo lo suyo: desde las copas de champagne de Él Gran Gatsby’ hasta la comida chatarra de «Mujer bonita». El reproductor de música y la estética vintage de ‘Moonrise kingdom’ o la pasión de la histórica ‘Pícnic’.
Para hacer un pícnic no se necesitan más que ganas. Pero vienen muy bien una manta o mantel, una canasta o un tupper, un refuerzo o un bocadillo dulce, una botella de kombucha o un termo y un mate. No hay una única forma de irse de pícnic. Cada uno disfruta cómo quiere en un escenario en común. Gaucha nos enseña a ser creativos, siempre.
Recordamos el pasado #PícnicEnElBotánico de Garage Gourmet en el Jardín Botánico celebrado el 22 y 23 de setiembre para recibir a la primavera y nos preparamos para el siguiente.
“Mi jardín es mi más bella obra de arte”, dijo alguna vez Monet.
Creemos en la naturaleza como inspiración y en los jardines como marcos perfectos para que sucedan los buenos momentos.
Invitamos a compartir y disfrutar de una variada oferta gastronómica sobre el pasto -con mesas y manteles- y debajo del manto verde de las distintas especies de árboles.
Jardín Botánico de Montevideo Av. 19 de Abril 1181