Flower Power, la florista ambulante

Nos mudamos en diciembre a la Costa de Oro. Un día en marzo quise preparar un desayuno especial pensando en acompañarlo con unas lindas flores, pero me recorrí desde Barra de Carrasco hasta Carrasco y volví con las manos vacías. El 14 de marzo me despierto con la idea, enseguida le mandé mensaje a Juan, le gustó y me dijo si a ti te hace feliz, yo te apoyo. Escribí las ventajas y desventajas sobre mi proyecto e hice una prueba piloto en el lugar donde vivíamos, compré flores en un vivero mandé un mensaje al grupo de mujeres del complejo mandándoles las fotos de las flores y diciéndoles que iba a estar en el jardín por si alguna quería ir , salí y ya algunas me estaban esperando, vendí todos los ramos en 10 minutos. Ni yo, ni Juan cuando recibió la foto pensó que era verdad. Así, despacito, con dedicación, cariño, y enstusiasmo me hice mis clientas acá, mientras buscaba por todo el pais la furgoneta que tenía en la cabeza.
En Mayo encontramos la camioneta y en dos semanas armamos  el TRUCK para poder estar en la feria. Juan hizo el concepto y Facundo nos ayudó en la realización del mismo, desde el inicio se creó una sinergia muy valiosa. Facundo nos entregó la camioneta el viernes a la noche, y trabajamos todo esa noche para estar a las 9 en la feria. Estábamos ansiosos, con mucha adrenalina porque pusimos lo mejor de nosotros en este emprendimiento y sin tener conocimientos del tema. Me acuerdo mucho de las palabras del Juan cuando íbamos llegando, me dijo «vamos a disfrutarlo, pase lo que pase, venga gente o no. Y así fue, todo salió espectacular, el clima acompañó, la gente nos felicitaba, nos sacaban fotos, me llenó el alma, valió la pena todo el esfuerzo que hicimos, y sobre todo disfrutándolo en el entorno familiar, porque desde nuestras nenas hasta la abuela nos dieron una mano. Una amiga de oro me dijo hay un dicho que dice «si confías, serás imparable».